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Still de Disobedience, Sebastian Lelio, 2017. Cortesía de TIFF.

Sexualidad e identidad en el Festival Internacional de Cine de Transilvania

Reseña 29.06.2018

Ximena Hiriart Schyfter

Este año, dentro del festival transilvano se abordan temáticas relacionadas con la sexualidad, identidad y liberación emocional.

Desde la ciudad de Cluj-Napoca, el Festival Internacional de Cine de Transilvania (TIFF) ha logrado establecerse como uno de los eventos cinematográficos más espectaculares de la región. Con una amplia selección de películas, salas a reventar, eventos al aire libre y conciertos, TIFF reúne las películas más propositivas e innovadoras del año, películas que logran desafíar lenguajes cinematográficos convencionales.

La búsqueda infinita por encontrar una identidad —y con ella la liberación emocional— a través de la sexualidad, fue el tema más recurrente dentro de la programación de este año, dándonos a conocer repetidamente las inquietudes juveniles en un mundo moderno.

Festival Internacional de Cine de Transilvania (TIFF). Fotografía de Vlad Cupsa. Cortesía de TIFF.

 

Touch Me, Toch Me Not es un documental experimental que intercala la ficción con la no ficción, en un intento por romper con las normas establecidas y convencionales de representar al cuerpo humano —y explorando al mismo tiempo ciertos temas y tabús que suelen circular alrededor de la sexualidad en nuestra cultura. «Quería crear un sistema en el que la ficción funcionara como una red de seguridad para explorar áreas personales de nuestras vidas», comenta Adina Pintilie, directora de la controversial cinta. Touch Me, Toch Me Not narra el viaje emocional de Laura Benson, una mujer de 50 años que tiene problemas con su intimidad. A medida que avanza la película, se vuelve evidente que Laura representa a la directora, quien tiene una fracturada y compleja relación con su propia sexualidad. «Una invitación abierta a discernir sobre la intimidad».

Para desafiar las nociones de belleza pre establecidas, Pintilie emplea una diversa gama de cuerpos desnudos. Laura, por su lado, contrata terapeutas sexuales, prostitutas e incluso una trabajadora sexual transexual que la ayudará a explorar su propia intimidad, mostrándonos variadas y honestas representaciones de la sexualidad que incluyen terapeutas sexuales jugando con intercambio de roles, además de diferentes actividades en un club de BDSM. La cámara de Pintilie no se detiene a explorar ni a mirar; observa pacientemente las interacciones, permitiendo al público ver pero nunca juzgar a cada uno de estos personajes a medida que empiezan a comprender y explorar sus propios cuerpos.

Still de Touch Me, Touch Me Not, Adina Pintilie, 2018. Cortesía de TIFF.

 

El camino para encontrar la libertad emocional, por otro lado, está perfectamente plasmada en Desobediancia, el último estudio de identidad femenina de Sebastián Lelio, ganador del Óscar por de A Fantastic Woman de 2017. Desobediencia, el debut en lengua inglesa del escritor y director chileno, es un drama bellamente compuesto sobre la verdad y la liberación en una comunidad judía ortodoxa. Aunque carente del estilo seductor y el melodrama creciente de su trabajo anterior, Desobediencia sigue siendo un estudio incisivo y sensible. Rachel Weisz interpreta a Ronit, una fotógrafa de Nueva York que se ve obligada a regresar a Londres después de enterarse de la muerte de su padre, donde rápidamente se encuentra sumergida en el mismo mundo que la rehuyó décadas antes por entablar una relación sexual con su mejor amiga, Esti (Rachel McAdams). Aunque inesperadamente sombría, Desobediencia no es diferente a Una mujer fantástica, ambas películas relacionadas con mujeres incapaces de expresarse en sociedades conservadoras. El conflicto entre religión e identidad ha sido abordado innumerables veces en el cine; sin embargo, aquí Lelio presenta las complejidades de la relación de amistad y deseo entre las dos mujeres, y las dificultades para lograr concebir su amor en un mundo regido por la religión.

Still de Disobedience, Sebastian Lelio, 2017. Cortesía de TIFF.

 

Explorando el amor lésbico, en el festival se encuentra también el debut cinematográfico del director de teatro rumano Bogdan Theodor Olteanu. El amor en línea es la plataforma con la que se cuenta esta historia de amor entre dos chicas. En Several conversations about a very tall girl, anunciada como la respuesta rumana a El azul es un color cálido, Olteanu evita el sensualismo del despertar sexual y la emoción del primer amor en favor de un cuento más tierno y cargado de emociones sobre la lucha de una niña tradicional de Moldavia, y la seducción de una mujer para establecer una relación de amor a largo plazo con ella. Interpretadas por Florentina Nastase y Silvana Mihai, las dos muejeres permanecen anónimas. «No hay lesbianas en mi ciudad», exclama una de las chicas, mientras conversa por Skype con la otra sobre una ex amante que ambas comparten. Esta conversación es la chispa inicial de una conexión erótica y emocional; pero a medida que el par se acerca, la brecha entre ellas se hace notoriamente más amplia. Ambientado casi en su totalidad dentro de un estrecho departamento de Bucarest, donde los prejuicios del mundo exterior están implícitos pero nunca hablados, Olteanu captura bellamente una verdad que la mayoría de los otros directores se esfuerzan por articular: que enamorarse te confronta con quien realmente eres.

Las herederas, aclamada ópera prima del director Marcelo Martinessi, y ganadora del premio máximo en esta competencia, narra la historia de Chela y Chiquita, dos herederas descendientes de las clases altas que llevan juntas más de 30 años, y quienes se ven obligadas a vender sus posesiones más valiosas para sobrevivir. Chiquita es acusada de fraude y va a ir a la cárcel, mientras que Chela encuentra una nueva comunidad que la inspira a ganar dinero como taxista privado (con su carro heredado, también a la venta). El verdadero cambio catalizador para Chela es conocer a la joven y guapa Angy, hija de una de las señoras del círculo, cuya sensualidad inspira a Chela a poner mas atención en su apariencia física. Momentos de ternura y momentos de gran calidez entre las mujeres de esta película narran una historia de amistad y una nueva forma de camadería femenina jamás vista en un film latino. Una enternecedora historia sobre la vejez, la injusticia social en Latinoamérica, el amor maduro, el amor femenino y las diferentes maneras que encontramos para poder sobrevivir.

Still de Las herederas, Marcelo Martinessi, 2018. Cortesía de TIFF.

 

En un mundo en el cual las formas de amar se han abierto a una infinidad de combinaciones, y la búsqueda por encontrar la identidad a través del amor y la sexualidad han sido un tema de represión emocional a lo largo de la historia, finalmente estos temas poco tratados de manera abierta se ven plasmados a lo largo de toda la programación en el Festival de Transilvania, reuniendo a los cineastas más interesantes a nivel internacional, que comparten con nosotros sus inquietudes, sus formas de representar el amor, y nuevas maneras de narrar historias de cine. Mostrándole al público que no hay una forma de amar, sino que amar es un camino emocional en sí mismo y que la búsqueda es infinita.

 

Ximena Hiriart Schyfter

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Festival Internacional de Cine de Transilvania (TIFF). Fotografía de Vlad Cupsa. Cortesía de TIFF.

Still de Touch Me, Touch Me Not, Adina Pintilie, 2018. Cortesía de TIFF.

Still de Disobedience, Sebastian Lelio, 2017. Cortesía de TIFF.

Still de The Heiresses,Marcelo Martinessi, 2018. Cortesía de TIFF.