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El escenario explota: un recorrido por el imaginario de Frederick Kiesler

01.11.2013

Al espacio hay que habitarlo. Rebasar sus fronteras físicas y materiales. Superar, pues, su geometría pasiva y darle vida. Deudor de los recursos visuales del teatro, la obra del arquitecto, escultor, teórico y artista Frederick Kiesler logra intuir formas alejadas de nuestra comprensión euclidiana del espacio.

En la exposición El escenario explota, montada en La casa encendida en Madrid y curada por Bárbara Lésak con ayuda del Museo Austríaco del Teatro de Viena y la Villa Stuck de Múnich, Kiesler nos permite dar un vistazo a su universo de quimeras espaciales a través de maquetas, planos y dibujos de sus proyectos. Desde su trabajo como diseñador de escenografía para el teatro hasta la creación del correalismo, Kiesler ha buscado trastocar de todas las maneras posibles el sitio donde las fronteras de lo real se hacen tangibles. Lésak nos dice al respecto: «Él quiso crear un nuevo tipo de teatro. Su credo fue que el teatro debería hacerse sobre nuevos fundamentos, lejos de esta idea de lo espectacular y decorativo, de las tramas realistas». Echando mano de la tecnología de su tiempo, Kiesler mantenía una constante pugna con las posibilidades de los recursos que podía utilizar y sus obras. Muchas de sus piezas sólo llegaron a ser maquetas, pues no se contaba con la tecnología suficiente para lograrlas.

En El escenario explota, podemos hacer un recorrido por la obra de este creador que fue visto como un intruso por sus contemporáneos. «El teatro no es como el cine. El público del cine era tan grande que Kiesler sostenía que el teatro debía volver a sus raíces: las raíces son el espacio, y no un espacio realista. Él quería mostrar su escenario espacial-mecánico«, dice Lésak. Así, Kiesler atiborró la escena de aparatos y máquinas, buscando que toda palabra en el teatro se disolviera en el puro movimiento dentro del espacio, en una algarabía de colores y formas que estimulara un dinámica viviente donde participara incluso el espectador.

Cuando arribó a Estados Unidos, Kiesler sabía muy bien hacia dónde se dirigirían sus ideas. Tras una etapa constructivista y abstracta en los años 20, Kiesler habría de coquetear con el surrealismo de Bretón, no sin reservas, pues a partir de ello creó el correalismo: una filosofía no sólo estética sino vital, enfocada en el concepto del espacio sin fin —que habría de marcar su obra posterior. Fue entonces que dejó atrás su Casa espacial y la construcción de The Film Guild Cinema para centrarse en un proyecto ambicioso: La casa sin fin. En paralelo al Teatro sin fin, Kiesler perseguía una serie de transformaciones mágicas del espacio: abandonar el estilo de líneas rígidas limitado por rectángulos que dominaba su época y abocarse a construcciones sin principio ni fin que dieran una ilusión de infinitud, con superficies y perspectivas redondeadas en las que se disiparan los ángulos rectos.

La exposición busca rescatar el legado de este artista de múltiples talentos a través de un recorrido por toda su obra. Se divide en tres salas: la primera está dedicada a su etapa constructivista y abstracta; la segunda a su trabajo práctico y sus escritos de docente, así como a sus escenarios para Broadway. Finalmente, la tercera sala muestra su Casa sin fin en contraste con su Teatro sin fin.

Seleccionamos cuatro piezas en las que Kiesler trabajó y que podemos atestiguar en fotos, planos o maquetas en El escenario explota:

01. Film Guild Cinema (1929)

Cuando fue miembro del colectivo De Stijl, Kiesler diseñó este cine localizado en Nueva York. Conocido por sus peculiares festivales y sus proyecciones de medianoche, el Film Guild Cinema buscaba rescatar el cine de vanguardia de la época. Según Kiesler, dicho auditorio tenía la capacidad de concentrar la atención del espectador a la vez que destruía la sensación de confinamiento cuando se miraba hacia la pantalla.

02. La casa espacial (1933)

Antes de la concepción de su espacio infinito, Kiesler mantenía una estrecha relación con la perspectiva constructivista y abstracta. Construida para la Modernage Furniture Company, la casa espacial era un modelo a escala real que funcionaba como exhibidor de muebles. Representa el paso decisivo de Kiesler para alejarse de las formas de ángulos rectos del biomorfismo de su tiempo.

03. Teatro espacial

Antes de la Casa espacial, Kiesler ya había echado mano de diseños basados en el concepto constructivista. El teatro espacial coloca al publico alrededor de la base del escenario circulando en movimientos electromagnéticos. La construcción abierta del teatro descansa tan sólo sobre la base de la planta baja que lo sostiene.

04. Casa sin fin (1950)

Sin duda uno de sus más importantes proyectos. Kiesler diseñó el primer modelo en tercera dimensión de la casa en 1950 para la exposición The Muralist and the Modern Architect. El concepto se apoya en el Teatro sin fin, pero de 1926. Su volumen no se limita a los cuartos: se extiende en superficies curvas ininterrumpidas donde la luz se multiplica. Las mejoras que Kiesler le hizo a través de los años pueden observarse en diseños corregidos y ampliados.

Un ciclo de cine que recorre el trabajo cinematográfico de Kiesler, un taller teórico-práctico enfocado a la reflexión sobre su obra y su aplicación en la fabricación digital 3D, un taller que explorará las relaciones entre luz, sonido y espacio a partir de sus teorías y una exhibición fotográfica de la Fundación Kiesler de Viena acompañan la muestra.


[31 de octubre de 2013]

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