Cn
De Natura Fossilium, Formafantasma, 2014.
De Natura Fossilium, Formafantasma, 2014.
De Natura Fossilium, Formafantasma, 2014.
De Natura Fossilium, Formafantasma, 2014
De Natura Fossilium, Formafantasma, 2014
De Natura Fossilium, Formafantasma, 2014.
De Natura Fossilium, Formafantasma, 2014.
Piedras del Volcán Etna.

Formafantasma: De Natura Fossilium. El paisaje activo

21.04.2014

El escenario del volcán Etna estableció las bases formales para la colección de mobiliario De Natura Fossilium, diseñada por Formafantasma para la galería londinense Libby Sellers: las expulsiones en la geografía siciliana fueron manipuladas por Simone Farresin y Andrea Trimarchi, un par de diseñadores italianos que un día decidieron dejar la patria para instalarse en Eindhoven, ciudad al sur de los países bajos, sólo para reflexionar sobre su lugar de origen. La colección se compone por mesas de centro, taburetes y un reloj. El tema recurrente en la obra de Formafantasma es la localidad, el arraigo artesanal en las zonas rurales y cuestionar cómo se forma la identidad a través de la cultura y sus objetos.

Las características de Etna eran particularmente complejas: el basalto es especialmente rígido, difícil de manipular; a partir de ella, los diseñadores crearon vidrio y textiles con fibras volcánicas para construir los objetos, cuya textura rugosa fue acompañada con detalles de latón. Pero también está el guiño poético que siempre está presente en el trabajo de Formafantasma; Etna no necesita humanos pero mantiene su propia vida (“una mina sin mineros”, describen), expulsando lava que va modificando el paisaje a su alrededor. No solo con la piedra se forma, sino con las cenizas que ennegrecen la ciudad cercana al volcán. La erupción de Etna, el 20 de noviembre del 2013, lo dejó claro: el paisaje no es pasivo, se modifica a sí mismo y de esta manera lo hace con las circunstancias en donde se habita.

Estamos ante uno de los estudios más radicales, Formafantasma no recoge tradiciones como un continuador, sino desde una perspectiva crítica. Diseños de belleza discreta con una formación sencilla que surgen de una exploración de materiales y procesos artesanales, sin caer en discursos vacíos que pretenden recuperar la tradición como si ésta perteneciera a un pasado estático. Para los italianos, el diseño —la creación de objetos— tiene consecuencias: los objetos se moldean con la interacción cultural, la herencia de tradiciones y, en su enfrentamiento con el presente, formulan la manera en que se construye —léase diseña— el mundo. El diseño no es menor, es la disciplina que responde a hábitos o se enfrenta a éstos; el aspecto radical del diseño de Farresin y Trimarchi radica en la profundidad con la que analizan los hábitos y la relación cultural que los genera. Pueden, por ejemplo, leer el paisaje como un elemento activo en la historia de una ciudad para diseñar mobiliario doméstico.


[21 de abril de 2014]

 

 

siguiente

Newsletter

Mantente al día con lo último de Gallery Weekend CDMX.