Desde México: 10 diseñadores emergentes. Parte I
Lista 09.10.2019
Nadia Benavides Méndez
A 60 años de que se abriera la primera Escuela de Diseño en México, hacemos una revisión de algunos despachos y diseñadores emergentes.
En México, el diseño —una disciplina en principio joven ya que sus fundamentos en el mundo proceden del siglo XX— tuvo sus primeras grandes figuras durante el modernismo. De ese momento la Historia ha consignado nombres como Clara Porset y Michael van Beuren, así como de varios arquitectos que diseñaron muebles como Óscar Hagerman o Agustín Hernández.
Luego, a partir de que la disciplina se convirtió en una carrera impartida en universidades a finales de los 50, las posibilidades de profesionalización se incrementaron; y a desde la década de los 90, una creciente escena se abre paso con nuevos criterios y estrategias.
Hoy, a 60 años de que se abriera la primera Escuela de Diseño en nuestro país (en la Universidad Iberoamericana), existe una nutrida comunidad que sigue creciendo.
En 2018, pedimos a cinco de esos de esos diseñadores —a quien nosotros consideramos futuros clásicos del diseño mexicano—, que nos recomendaran algunos proyectos emergentes. Y esas recomendaciones son la base del presente artículo.
Dividida en dos partes, esta selección no intenta ser un listado absoluto. Nos gustaría más que se leyera como la recopilación de un grupo de diseñadores que están destacando por generar nuevos estilos y nuevas formas de hacer las cosas.
Olympia Frangos (Ciudad de México, 1984) y Matzuko Nishijima (Ciudad de México, 1981) tuvieron desde muy jóvenes una predilección por el reino vegetal. A Olympia, que estudió arquitectura, esta propensión por flores y las plantas la llevó a trabajar en arquitectura de paisaje; pero hizo falta un feliz encuentro para que se decantara por llevar este tipo de arquitectura hacia una escala menor y mucho más íntima.
Fue hace relativamente poco que Olympia se reencontró con una conocida de antaño, Matzuko Nishijima, psicóloga de profesión, que en un taller con el reconocido artista botánico Azuma Makoto definió su amor por el diseño floral. Ambas conjuntaron sus pasiones y hace cuatro años se asociaron para crear un concepto de floristería donde el diseño y los elementos orgánicos guían su trabajo. «Nos gusta pensar que existimos desde un lugar donde coinciden las flores con el arte. Intentamos sorprender a nuestros clientes con piezas especiales y únicas donde conviven nuestras raíces mexicanas pero llevándolas a un concepto mucho más moderno y divertido», nos dicen en entrevista.
Ni Matzuko ni Olympia piensan, sin embargo, que su tarea como diseñadoras florales es un proyecto terminado, y constantemente invitan a floristas internacionales a su taller o viajan para conocer a sus diseñadores favoritos para «para seguir aprendiendo sobre el mundo de las flores, el color y el diseño».
Su trabajo se puede conocer en su Instagram; y para solicitar sus servicios basta con escribirles un mensaje por ese medio o al correo [email protected]
*Recomendación de Marisol Centeno.
Una de las cualidades, que además es destino y desafío, para los diseñadores de México es que se tienen que erigir también como emprendedores. La experiencia de Daniel Romero (Ciudad de México, 1982) es paradigmática. Egresado del Centro de Investigaciones de Diseño Industrial de la UNAM, creció en un ambiente que propició su creatividad: en su familia tenía varios modelos relacionados con la creación y el arte: Su padre arquitecto, una tía artista visual y un tío inventor seguramente fueron de gran influencia en sus primeros años.
Cuando aún estaba en sus veintitantos, Daniel empezó a destacar en el medio del diseño, ya sea como conferencista o juez en concursos, o porque sus piezas eran seleccionadas en ferias y medios nacionales internacionales.
Tiempo después, y gracias a que compartían convicciones semejantes se alió con Emiliano Godoy y Rodolfo Samperio para fundar TUUX: «Hacemos proyectos muy diversos, en cuanto a tipologías, escalas, procesos y materiales, pero siempre permeados por metodologías de bajo impacto ambiental y procurando que la empresa sea socialmente responsable», nos dice.
Pero sus afanes como emprendedor no paran ahí, Daniel también participa en otro proyecto que se llama Mutaclimbing, que se dedica al diseño y construcción de muros para escalar. Escalador de roca apasionado, Daniel ha encontrado en sus aficiones, los estímulos necesarios para crear y para compartir sus creaciones con el mundo.
Contáctalo en:
mail: [email protected]
Instagram: tuux.mx
Mitad neerlandesa, mitad mexicana, Emma Boomkamp (Países Bajos, 1989) decidió explorar las texturas, patrones y procesos relacionados con la tradición artesanal de México.
Había realizado sus estudios profesionales en economía y diseño de producto en la ciudad de Ámsterdam, pero sus inspiraciones se encontraban de este lado del continente; en los colores de estas tierras y en el trabajo artesanal que gracias a al empeño distintas comunidades, se niega a morir en México.
Ya en este país —donde vive y trabaja—, Emma se acercó a Maddalena Forcella, una reconocida diseñadora textil e investigadora, que se ha dado a la tarea de reconocer el trabajo de artesanos oaxaqueños e integrar estos conocimientos a su trabajo personal. Con ella terminó su formación; y ahora ella misma realiza proyectos donde ha colaborado con artesanos de lugares como Teotitlán del Valle y el estado de Yucatán.
«Me especializo en diseñar tapetes hechos a la medida. Trato que mis diseños sean piezas que no pasan de moda, si no que sean nuevos clásicos. Además, con otros materiales como el vidrio y textil, siempre exploro colores, patrones y texturas», nos cuenta sobre su trabajo.
Para conocer su trabajo visita su Instagram o su página de internet.
Concebida como una oficina de diseño de producto industrial, En la Superficie recoge las experiencias de Mariana Peiro Chucuán (Culiacán, Sin 1993) y de Eduardo Altamirano (Guadalajara, 1992). Con estudios en el ITESM de Guadalajara, los dos salieron del país para continuar con su formación. Eduardo en el Malmsten Furniture Studies, de Estocolmo; y Mariana en Elisava, de Barcelona.
Una vez terminados de regreso en México, cada uno de ellos se relacionó con diferentes prácticas (Mariana, por ejemplo, fue la directora de producción de la marca Tributo y Eduardo fue diseñador senior para la feria de diseño Campamento en Guadalajara). Estos trabajos los llevaron a cuestionarse sobre el centralismo del diseño en México.
Fue esta visión crítica de la escena en México lo que dio nacimiento a En la Superficie. Primero como una plataforma para curar y exhibir proyectos de diseñadores emergentes con sede en Jalisco, pero sobre la marcha el proyecto se fue convirtiendo más en un estudio de exploración y producción.
«La práctica de nuestra oficina se centra principalmente entender el diseño como una herramienta u oportunidad para generar pensamiento lógico-material. Nuestras líneas de trabajo son la investigación, las artes populares (artesanía) y la industrialización. Cabe dejar en claro que nosotros no nos consideramos un estudio de diseño «neo artesanal», nos cuenta Eduardo en entrevista.
Para conocer y adquirir sus productos podemos contactarlos por medio de su Instagram y en el correo [email protected]. Además, durante el Abierto Mexicano de Diseño, que se lleva a cabo durante el mes de octubre, presentan un destapador como parte de la colección «Miscelánea» de la Galería Mexicana de Diseño. Y recientemente colaboraron con la marca de diseño & Asociados en la creación de su primera colección.
* Recomendación de José de la O.
Fundado apenas en 2016, Estudio äCo es la suma de las habilidades de Max Almeida (Ciudad de México, 1986) y Lucila Torres (Ciudad de México, 1987) (ambos diseñadores industriales egresados de la UNAM) en retail, POP, stands, inyección de plástico, mobiliario urbano y dirección de equipos de diseño.
Para la creación de Estudio äCo estos diseñadores se han centrado en el contexto mexicano. «Buscamos crear productos funcionales que resuelvan necesidades apegadas a la realidad de la vivienda mexicana, es decir: estilos mezclados, que puedan convivirán con otro tipo de mobiliario y, que por lo general, estarán en espacios reducidos», nos platican. De esa manera han generado un estilo sencillo, que no es discordante con el resto de los muebles existentes de una casa.
Pero su entendimiento y exploración por su contexto no termina ahí. Max y Lucila utilizan materiales y procesos enraizados en el diseño mexicano, y promueven que el ambiente de sus talleres y oficinas esté basado en un trato justo y la colaboración con otros creadores, sean o no diseñadores.
En 2017 recibieron el Premio Inédito, que otorga Design Week México a proyectos de diseño utilitario. El proyecto que presentaron, hecho en colaboración con Fernando González, lleva por nombre Nest, y se trata de unos calentadores cerámicos concebidos para ser utilizados en comunidades vulnerables.
Puedes conocer su trabajo en su página web, o en su Instagram; y es posible contactarlos al correo [email protected]
Nadia Benavides Méndez
Editó la versión impresa de Revista Código de 2004 a 2012 y fue coeditora del libro Código DF. Arte y cultura contemporáneos desde México (2010). Desde 2012 trabaja como editora, productora de contenidos y coordinadora freelancer para distintos libros, revistas y proyectos (A the Style Guide, Art Bazaar y Blog de Crítica, entre otros), y recientemente retomó la edición de Código.com
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