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Still de REC, de Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007. Tomada de IGN España.

Las 10 películas más terroríficas del nuevo siglo

Lista 31.10.2018

Presentamos una lista de películas que, por el empleo de sus recursos fílmicos, dirección y guion, han destacado en el género de terror.

En 2013, José Mojica Marins (São Paulo, 1936), director de culto reconocido por películas como A media noche tomaré tu alma (1964), Esta noche poseeré tu cadaver (1967) y El extraño mundo de Zé do Caixão (1968), aseguró que el cine de terror actual es débil, repetitivo y poco creativo, a lo que añadió que nadie se ha acercado a la maestría con que Luis Buñuel o Roman Polanski lo hicieron. ¿Será cierto? En tiempos en que han cambiado nuestras formas de interacción a causa de las nuevas tecnologías digitales y el público exige mayor veracidad en las cintas, habría que revisar los recursos fílmicos de la última década. Elegimos las 10 películas más terroríficas del nuevo siglo, y las presentamos en orden cronológico:

 

—La maldición (2000), de Takashi Shimizu
La primera de una serie integrada por cuatro cintas cuenta la historia de un embrujo que está íntimamente ligado con una casa. Takashi Shimizu proyecta algunas de las escenas más escalofriantes de los últimos tiempos. Uno de los fantasmas que transmite la maldición deambula en un hospital. El guardia de seguridad observa su imagen a través de una cámara. Entonces, detiene el video para observarla detenidamente. Pero la silueta del espectro diabólico se mantiene en movimiento. El remake estadounidense fue dirigido por el mismo director.

—Los otros (2001), de Alejandro Amenábar
Luego de Tesis y Abre los ojos, el director español abordó el género de terror con maestría. Grace (Nicole Kidman) es una mujer que ha sido abandonada por su esposo, que decidió participar en la guerra, y debe cuidar a sus hijos, que son sensibles a la luz natural. No obstante, la casa en donde viven está habitada por otros seres. La frontera que divide el mundo de los vivos y de los muertos es transgredida frecuentemente, con resultados a veces escalofriantes, por los protagonistas de esta magnífica cinta basada en Los inocentes (1961), de Jack Clayton, con guión de Truman Capote, que a su vez retoma recursos de la novela Una vuelta de tuerca, de Henry James.

—Están entre nosotros (2004), de Banjong Pisanthanakun y Parkpoom Wongpoom
Jane fue una joven ultrajada que ha regresado para vengarse de sus verdugos. Y lo hace matándolos uno por uno terriblemente. Sin embargo, su espectro se manifiesta a través de las fotografías que toman sus próximas víctimas. Tun, su antiguo novio, y fotógrafo de profesión, sufre uno de los castigos más inquietantes que se hayan revelado en la historia del cine: está condenado a cargar sobre sus hombros eternamente el cuerpo muerto de Jane. Con este filme el horror tailandés ofrece un despliegue de recursos que envidiaría cualquier película estadounidense.

—REC (2007), de Jaume Balagueró y Paco Plaza
Utilizando recursos del género documental: cámara en mano, ausencia de música, actores no profesionales,
etcétera, los españoles Jaume Balagueró y Paco Plaza ofrecen una de las películas más inquietantes de los tiempos recientes. Una joven conductora de televisión acude a la estación de bomberos local para seguirlos durante una noche. Los integrantes del grupo de rescate acuden a un edificio donde se ha desatado una epidemia. La enfermedad es producto de un experimento relacionado con objetivos satánicos. Posteriormente REC, que revitalizó el cine de zombis, fue adaptada a una versión estadounidense, Quarentine, de muy bajo nivel.

—À l’intérieur (2007), de Alexandre Bustillo y Julien Maury
La primera secuencia de esta película francesa es sencillamente magnífica. Desde la perspectiva de un bebé que todavía se encuentra en el vientre de su madre, el espectador presencia un espectacular choque automovilístico. La ópera prima de Bustillo y Maury utiliza este suceso para establecer el hilo conductor de la trama: una mujer embarazada que luego de haber perdido a su hijo deberá enfrentar un dolor indescriptible. La cinta transgrede cualquier efectismo para proyectar imágenes contundentes y, al mismo tiempo, perturbadoras.

—Déjame entrar (2008), de Tomas Alfredson
Basada en la novela homónima del escritor sueco John Ajvide Lindqvist, este filme relata la historia de un niño maltratado que establece una extraña conexión con una joven vampiro. Así, la cinta gira alrededor de temas como la complejidad de las relaciones personales, el amor o la amistad. Los méritos de Déjame entrar no se reducen a los sustos que propicia en el espectador. Su producción es un punto de partida para disertar sobre temas trascendentes a través de una de las figuras más emblemáticas de la historia del género. Un vampiro no es solamente un ser que absorbe la sangre de los que posee.

—La noche del demonio (2010), de James Wan
Las historias de fantasmas son, fundamentalmente, de acontecimientos que sucedieron en el pasado y han regresado para reivindicarse. Y La noche del demonio no es la excepción. Renai (Patrick Wilson) es un hombre con un pasado turbulento. Un demonio lo persigue y se ha instalado en su familia para hacerse notar. Para ahuyentarlo el personaje principal debe visitar el inframundo y saldar cuentas pendientes. Pero los resultados no son exitosos. La película está conformada por secuencias escalofriantes que hacen sobresaltar a cualquier espectador.

—Siniestro (2012), de Scott Derrickson
Otra película donde la historia de terror es activada por una cámara de video. Sin los artefactos tecnológicos el argumento, sencillamente, no existiría. El joven escritor Ellison Oswalt (Ethan Hawke) se muda con su familia a un hogar en apariencia apacible donde quiere escribir su próximo libro. Sin embargo, las cintas abandonadas que se encuentran en el lugar echan a andar una fábula de torturas, muerte y gritos, dándole vida a Bughuul, un demonio que posee a los niños para propiciar dolor.

—La cabaña del terror (2012), Drew Goddard
Esta cinta trasciende los propósitos principales de una película de terror. Además de lograrlo ofrece una reflexión sobre los mecanismos del género.
Un grupo de jóvenes acude a un día de campo sin saber que un trío de productores ha ideado su viaje para que protagonicen una historia de terror que será vigilada a través de monitores. Los protagonistas descubren el secreto e intentan escapar del relato, pero es imposible. El final de la película revela magistralmente una serie de seres monstruosos que han sido usados a lo largo de la historia del cine.

— V/H/S (2012), de Adam Wingard, David Bruckner, Ti West, Glenn McQuaid, Joe Swanberg y Radio Silence
Integrada por seis cortometrajes V/H/S está conformada por historias que fueron registradas en un video, al cual el espectador tiene acceso. Aunque con un nivel irregular de calidad, algunos alcanzan puntos muy altos respecto del terror que pueden producir. El segundo cuenta el momento en que tres amigos salen de fiesta tratando de grabar una escena sexual con una cámara que se encuentra en los anteojos de uno de ellos. Pero se llevan una sorpresa cuando descubren que una de las mujeres a la que trataron de seducir es un ser diabólico que quiere devorarlos. Igualmente espeluznante es el último fragmento, donde una casa embrujada es el lugar en el que se lleva a cabo un rito satánico. La película es un repaso por los motivos y los recursos formales que han conformado uno de los géneros más significativos de la disciplina.

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