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Grafiti en la pared de frente al museo. Foto: Cortesía Helena Lugo.

Museo Juan Soriano: Desilusión y resistencia

Opinión 01.11.2018

Helena Lugo

El cambio en la administración del MMAC Juan Soriano detona esta reflexión sobre el papel de los museos como espacios de resistencia.

«El museo no es simplemente un lugar para representar la utopía,
sino más bien un sitio para practicarla como forma de imaginar».
Barbara Kirshenblatt-Gimblett

 

El lunes pasado renuncié a mi puesto como Coordinadora de investigación en el Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan Soriano. La razón principal: una profunda decepción. El espacio que desde hace un año habíamos construido e imaginado tan ambiciosamente como libre, crítico, colaborativo y creativo se convirtió en pocas semanas en un lugar impositivo y autoritario, donde reina un terrible desconocimiento y una inusitada falta de respeto por el arte, la cultura, sus trabajadores y sus comunidades.

La nueva administración, representada por Cuauhtémoc Blanco, sustituyó a la curadora Andrea Torreblanca de la dirección del museo por la licenciada en rehabilitación física Carolina Ann Dubernard —a tan solo unos meses de haber iniciado el proyecto. Aquí comienza la desilusión: no nada más demandaron una renuncia e impusieron a una directora cuya experiencia no la acredita para estar al frente de un proyecto de esta magnitud, sino que hubo una gran incapacidad de diálogo.

A pesar de las casi 5 000 firmas que solicitaron la continuidad del proyecto, las cartas enviadas a diversas instancias estatales y federales, las reuniones y manifestaciones, el museo no pudo evitar su lamentable destino político. Esto no hace más que revelar un inconcebible descuido, abandono y desinterés por el papel de la cultura y el arte en nuestras sociedades.

La campaña #defendamosnuestrosmuseos, impulsada por la comunidad artística de Cuernavaca que se ha encargado de proteger al MMAC Juan Soriano a través de diferentes acciones, nos recuerda algunas frases que, aunque evidentes, parecen haber quedado en el olvido:

—Los museos deben ser un espacio para el diálogo y no para la imposición.
—Los museos son, más que ningún otro espacio, un refugio para la democracia.
—Favores políticos no deben elegir líderes culturales.
—En los museos podemos encontrar un espacio para expresar sin miedo nuestras opiniones.

 

Protesta silenciosa en la inauguración de la exposición Constelaciones de la audio-máquina en México, 29 de septiembre de 2018. Cortesía: Sandra Quevedo.

Al encontrarnos tan abruptamente con estas fisuras que proponen nuestras propias instituciones, no nos queda más que recurrir a la valentía; generar formas de oposición que protejan nuestros espacios culturales y nuestro patrimonio histórico. Es fundamental entablar discusiones y debates que nos permitan exigir más de nuestros representantes y, al mismo tiempo, entendernos a nosotros mismos como agentes sociales de cambio. Aquí comienza la resistencia: no olvidemos pensar, escribir, accionar, compartir, dialogar, exigir y, mas que nada, ser críticos ante lo que nos rodea. ¿Qué tipo de instituciones queremos ayudar a construir? Es nuestro deber como comunidad artística imaginar colectivamente que las cosas pueden ser de otra manera y, sobre todo, confiar en el poder del arte como espacio simbólico, crítico y poético que nos lleva no sólo a representar la utopía, sino a practicarla.

La pérdida del MMAC Juan Soriano representa el fin de un proyecto que se ha dedicado enteramente a procurar un espacio crítico y horizontal, encabezado por el enorme profesionalismo, inteligencia y cariño de Andrea. Su interrupción conlleva a la cancelación de proyectos encaminados, suspende procesos de acercamiento con diversos públicos y disuelve colaboraciones que apenas comenzaban con artistas, instituciones y con los habitantes de la ciudad. Como consecuencia, esto implica una enorme herida para la comunidad artística nacional y manifiesta abiertamente la desconsideración que se tiene por las personas que visitan, habitan y trabajan los museos.

Protesta silenciosa en la inauguración de la exposición Constelaciones de la audio-máquina en México, 29 de septiembre de 2018. Cortesía: René Díaz.

Sin embargo, a partir de la desilusión que esto supone, solo nos queda seguir construyendo más y mejores formas de resistencia ante decisiones arbitrarias y unilaterales que afectan enormemente la cultura. Es turno de los artistas, gestores, escritores y otros actores culturales tomar posición y defender nuestros espacios del autoritarismo, el nepotismo y la intransigencia que los envuelve. Después de todo, el arte nos ofrece una profusa plataforma para protestar, exigir, evidenciar e imaginar. Ojalá que después de esta tormenta, no venga la calma.

Helena Lugo

(México, 1989) Es historiadora del arte y curadora independiente. Recientemente fue coordinadora de investigación en el MMAC Juan Soriano (2017- 2018). Cuenta con una maestría en Curaduría por Goldsmiths College. Entre sus exposiciones recientes se encuentran Atlas de la ciudad, MMAC Juan Soriano, Cuernavaca (2018), Mientras Desaparezca, LADRÓNgalería, Ciudad de México (2017); de regreso a la isla, Casal Solleric, Palma de Mallorca, España (2016); y Between 9:00 pm and Home, Chalton Gallery, Londres (2015). Es co-fundadora del colectivo curatorial n/R (never Ripe / never Rotten) junto con Francesca Altamura y John Kenneth Paranada. Es editora de la publicación A Return to the Island (2018).

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