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Rafael Lozano-Hemmer, Nivel de confianza (2015). ©Antimodular Research. Cortesía del artista
Rafael Lozano-Hemmer, Nivel de confianza (2015). ©Antimodular Research. Cortesía del artista
Rafael Lozano-Hemmer, Nivel de confianza (2015). ©Antimodular Research. Cortesía del artista
Rafael Lozano-Hemmer, Nivel de confianza (2015). ©Antimodular Research. Cortesía del artista
Rafael Lozano-Hemmer, Nivel de confianza (2015). ©Antimodular Research. Cortesía del artista

Nivel de confianza, de Rafael Lozano-Hemmer

09.04.2015

Código

Desde hace más de 20 años Rafael Lozano-Hemmer ha pervertido el sentido y la función original de las tecnologías de vigilancia que, desde los márgenes del poder, buscan alcanzar el control y el orden. Proyectos como Surface Tension (1992), Frequency and Volume (2003) o Inspired by Real Events (2004), por mencionar sólo algunos, son ejemplos de su interés por llevar estos sistemas a una zona crítica y poética que sólo es posible desde el arte. A través de la interacción, la presencia y las relaciones con el otro (el espectador), expone aquello que se esconde de los relatos de lo cotidiano.

Es este contexto se encuentra su último proyecto. A seis meses de la tragedia ocurrida en Ayotzinapa, Guerrero, el pasado 26 de marzo el artista dio a conocer la pieza Nivel de confianza (2015) que muestra el rostro de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Vargas” que, hasta el momento, continúan desaparecidos. Aunque los retratos no han dejado de circular de forma mediática, se tratan de imágenes que no se agotan: “Por más que los gobernantes, periodistas y empresarios pidan «superar lo de Ayotzinapa», y mientras no existan pruebas científicas que avalen la versión oficial, es crucial continuar con la búsqueda, por solidaridad humana, seriedad institucional y coherencia ética.”, señala Lozano-Hemmer en entrevista con Código.

Rafael Lozano-Hemmer, Nivel de confianza (2015). ©Antimodular Research. Cortesía del artista

Rafael Lozano-Hemmer, Nivel de confianza (2015). ©Antimodular Research. Cortesía del artista

 

Así, desde su propio lenguaje (el del arte), y motivado por esa búsqueda que a muchos nos ha embargado, el artista creó un programa que supone un encuentro simbólico pero doloroso.Cuando escuché que los 43 estudiantes estaban desaparecidos me pregunté si se podrían utilizar algoritmos de reconocimiento facial para intentar encontrarlos. La idea era crear una máquina cuyo único objetivo fuera buscar a los estudiantes incesantemente a través de un sistema de vigilancia, pero no para detectar sospechosos sino para encontrar a las víctimas”.

Nivel de confianza está conformada esencialmente por un software gratuito que puede ser descargado y proyectado con dispositivos básicos: una computadora, una webcam y una pantalla. Una vez montada, la tecnología biométrica detecta los rasgos faciales del espectador frente a la cámara al tiempo que establece coincidencias con uno o varios de los rostros de los estudiantes. Por su parte, la pantalla muestra en tiempo real el “parecido” entre ambas personas traducido en porcentajes.

Para diseñar el programa, Lozano-Hemmer (México DF, 1967) rastreó las fotografías de cada estudiante a través de redes sociales y de personas cercanas a las familias. Aunque era necesario tener varias imágenes “porque había que entrenar a los algoritmos para que pudieran tener un perfil exhaustivo de los rasgos faciales buscados”, únicamente pudo conseguir las fotos tipo credencial que se han utilizado ya sea en pancartas o carteles y que se han convertido en parte de nuestro imaginario como sociedad.

Desde un sentido práctico (o pragmático), que la aleja de su naturaleza como proyecto artístico, la pieza no arroja resultados positivos. Evidentemente no encontrará a los estudiantes y tampoco preservará su imagen, sin embargo continúa haciendo visible un acontecimiento que desde los relatos oficiales se ha querido dejar en la opacidad. El verdadero objetivo de este proyecto “aparte de generar dinero para la comunidad afectada y de continuar haciendo presentes a los estudiantes en los medios y espacios de exposición, es que el público interiorice la búsqueda, que [los] encuentren en cada uno de nosotros.”

Nivel de confianza es, además, un proyecto que se inserta significativamente en la memoria. No obstante, en él “la memoria no es fosilizada ni es algo que esté afuera o en el pasado; se produce en el instante de observación y el subsecuente análisis de coincidencias. En esta pieza la memoria no existe sin la presencia del público que la produzca en relación a sí mismo.” Tampoco busca preservar el pasado, mucho menos en un momento como éste en el que el tema continúa siendo ambiguo: “A estas alturas, cuando aún no sabemos el paradero de los estudiantes, es imposible e indeseable monumentalizar los hechos. Si acaso lo que deseamos es que se «personalice» la tragedia. En este sentido, me encantaría que, por ejemplo, nuestros políticos se vieran ante este espejo biométrico y descubrieran qué estudiante tiene los rasgos faciales más parecidos a los de ellos, para generar empatía, intimidad y una sensación de responsabilidad y parentesco.”

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Rafael Lozano-Hemmer, Nivel de confianza (2015). ©Antimodular Research. Cortesía del artista

 

Si bien el caso de Ayotzinapa y el momento de tensión por el que atraviesa nuestro país han detonado diversas manifestaciones estéticas —cuyos propósitos son principalmente de denuncia—, este proyecto no tiene una intención de protesta. Lozano-Hemmer apunta hacia otra dirección y aprovecha su presencia y posibilidades como artista para atraer la atención a este tema desde otros foros:

“Soy un artista que vive con enormes privilegios y soy cómplice de un sistema enfermo que genera, entre otras cosas, enorme violencia económica, discriminación racial, de género y de clase, y destrucción masiva del medioambiente. Pero estoy consciente que ante la opción de no hacer nada existe otra, la de hacer algo. Mi pieza no es una protesta, es una forma de usar las investigaciones que hacemos en mi estudio al servicio de los objetivos antes mencionados, y contra la barbarie.”

El software de Nivel de confianza se puede descargar gratuitamente desde la página oficinal de Rafael Lozano-Hemmer, para que pueda ser exhibido en cualquier espacio (museo, galería, universidad, centro cultural, etc.) que lo desee. Además, el artista ha compartido un manual con instrucciones para su montaje que puede ser descargado aquí. Y en caso de que la pieza sea adquirida por algún coleccionista, todos los ingresos serán destinados a la comunidad de Ayotzinapa a través de diferentes programas como becas.

Actualmente el proyecto se encuentra exhibido en el Departamento de Arte y Gestión Cultural de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, en la Galería Guy Bärtschi de Ginebra y en la galería FOFA de la Universidad de Concordia en Montreal. Adicionalmente, este 9 de abril será inaugurada en el Centro Multimedia del CENART en la ciudad de México, y también formará parte de la exposición individual Pseudomatismos, que el artista presentará en octubre en el MUAC.

Si acaso la pieza no sacia la búsqueda, sí podría ofrecer una experiencia casi catártica a quien lo observa… a nosotros como espectadores, como sociedad. Y, como menciona el artista con respecto al título, «también funciona para referirse a la incertidumbre que rodea a esta tragedia, en particular con respecto al paradero desconocido de los estudiantes, pero también a la desconfianza que genera la ineptitud de nuestros gobernantes.»

 

 


[9 de abril de 2015]

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Rafael Lozano-Hemmer, Nivel de confianza (2015). ©Antimodular Research. Cortesía del artista