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Librería Pública en Washington, D.C., TEN Arquitectos.

Enrique Norten. Hacer ciudad

Entrevista 14.04.2014

Con una trayectoria de numerosas obras en México y Estados Unidos, Enrique Norten es uno de los arquitectos mexicanos más reconocidos.

 

A finales de la década de los 90, un movimiento de renovación arquitectónica cambió el paisaje urbano en México. Al lado de  los arquitectos Alberto Kalach (Biblioteca José Vasconcelos, Ciudad de México) e Isaac Broid (Centro de la imagen, ciudad de México), Enrique Norten pensó el edificio como geometría. La composición formal con acento tecnológico es visible en su trabajo, como la Escuela Nacional de Teatro en el Centro Nacional de las Artes de la Ciudad de México, el Hotel Habita, y la renovación del Teatro de los Insurgentes. Conversamos con él sobre la arquitectura contemporánea en México:

—Algunos de los proyectos de TEN ARQUITECTOS en materia de diseño urbano incluyen la recuperación de espacios públicos, como el Plan Maestro Xochimilco o el Plan Directo de Urbanismo de Iztapalapa 2025. ¿Cuál crees que deba ser la apuesta de este tipo de proyectos de rehabilitación y/o remodelación del espacio público?
Los proyectos de Xochimilco e Iztapalapa están enfocados en la relación entre espacio público y densidad. En realidad todos los proyectos consideran esta relación, aunque creo que es una muy mala forma de definir las diferencias. Nosotros estamos realmente interesados en hacer ciudad, y para ello siempre es necesario considerar la rehabilitación, la remodelación, la masa y el vacío. La ciudad no es solamente una colección ambigua o desordenada de objetos. La ciudad se construye precisamente por la relación, las tensiones y la calidad entre la masa y los vacíos, dos factores muy importantes para los proyectos que realizamos. No se trata de una preocupación exclusiva del Plan Maestro de Xochimilco o de aquellos proyectos que por su propia naturaleza sean de espacio abierto. En todo proyecto arquitectónico conviven el espacio público y el privado. El Museo Amparo o en la Biblioteca de Brooklyn, por ejemplo, están definidos y motivados de alguna manera por la creación de espacio público.

 

TEN Arquitectos, CENTRO, 2012-2015. Tomada de la web del despacho.

No es posible construir una ciudad exclusivamente horizontal. Tampoco puede haber una ciudad densa sin entender que es necesaria la existencia del espacio público y el espacio vertical, porque el espacio es el lugar de la democracia, donde todos convivimos y nos encontramos. Se tienen que generar espacios para todos tomando en cuenta las densidades y las verticalidades, como lo ha planeado Manhattan, por ejemplo.

—En la exposición Los límites de la forma, que presentó tu trabajo en el Museo Amparo de Puebla, la curaduría se enfocó en tres aspectos que pueden definir tu práctica: Paisaje, espacio y reinvenciones. Jugando con estas tres palabras, ¿la arquitectura en México debe seguir el camino de la reinvención —como un ejercicio para encontrar solución a determinados problemas— con respecto al paisaje (el contexto) y tomando en cuenta el espacio?
La arquitectura es reflejo de un tejido social, de la comunidad. Es la sociedad la que tiene que buscar constantemente una reinvención que tenga impacto en las ciudades. Eso es lo que va a generar una reinvención de la arquitectura.

 

TEN Arquitectos, CASITA (2014). Mott Haven, Nueva York. Cortesía de los arquitectos

—También has realizado proyectos de arquitectura cultural que pueden ser propuestas totalmente nuevas, como el MUSEVI (Museo Elevado de Villahermosa) o adiciones, como en el caso del Museo Amparo en Puebla o el Museo Universitario del Chopo (por mencionar algunos). ¿Cómo observas el desarrollo de la arquitectura cultural en México?
No quisiera dividir la arquitectura por tipologías: arquitectura habitacional o cultural, por ejemplo. Es un tema que cada vez está perdiendo más importancia. Los museos tienen un fin cultural, pero también se inscriben como centros de encuentro, como proyectos de ciudad y paisaje urbano. Una tendencia creciente es la mezcla de usos y actividades. Así, lo que realmente aporta energía a estos nuevos espacios es la comprensión de la arquitectura como un ejercicio integral.

Los sitios destinados a la cultura deben estar íntimamente ligados con todas las actividades de la sociedad y la comunidad, lo ideal es que sean espacios entretejidos y sin límites. La arquitectura de los museos se define por hacer del espacio un lugar de diversificación, de encuentro social, de desarrollo de actividades —proyecciones de cine, conferencias, talleres— y de un largo etcétera que permita dinamizar el museo.

Biblioteca Pública de Nueva York, TEN Arquitectos.

–¿Qué opinas del actual interés por comisionar proyectos en México a arquitectos como internacionales?
Los arquitectos estrellas no son únicamente extranjeros, hay arquitectos del mismo nivel en nuestro país. Afortunadamente tenemos una gran tradición arquitectónica con estupendos representantes, el mundo no debe estar dividido por unos y por otros. El proteccionismo, el nacionalismo —desde esta perspectiva— o los monopolios, son actitudes negativas. Debemos apostar por la apertura, el intercambio, el diálogo, las múltiples visiones y la reinvención de los espacios desde diferentes culturas.

 

 

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