Para los asiduos lectores de Julio Cortázar, es conocida una frase que pronunció cuando, en 1978, recorría La Habana para acompañar a un equipo francés que rodaba un documental: «El cine me está interesando cada vez más, porque creo que es un medio de comunicación masiva capital en nuestro tiempo». Pero en realidad fue el cine el que estuvo, cada vez más, interesado en su obra literaria.

En la mayoría de sus relatos, el escritor concibió lo fantástico mediante un elemento irreal que se insertaba de una manera extrañamente natural en la vida cotidiana de los personajes, como en el cuento Casa tomada, que sería adaptada por Liz Hughes. Aunque algunos cineastas preferirían el lado más realístico —e impregnado de jazz— de su obra, como uno de sus tributos más conocidos:  Blow Up (1966) de Michelangelo Antonioni, abiertamente inspirada en Las babas del diablo.

Como éstos, hay muchos casos más, así que elegimos las 10 películas más destacadas que fueron influenciadas por su obra literaria.

—El perseguidor (Osias Wilenski, 1965)

En 1959 vio la luz el libro Las armas secretas del escritor argentino, donde aparecen cinco cuentos. Entre ellos se encuentra «El perseguidor», del que el cineasta argentino Osias Wilenski entregaría, años más tarde, una adaptación cinematográfica. Musicalizada por Ruben Barbieri, la cinta cuenta la historia de un músico de jazz de conducta antisocial y problemas de alcohol, drogas y delirios de persecución que paulatinamente son agravados. El personaje principal es, como en la historia original, resultado de la inspiración que Cortázar tuvo de la vida de Charlie Parker, saxofonista y compositor estadounidense realmente admirado por el escritor argentino.

—Intimidad de los parques (Manuel Antín, 1964)

En 1963 Cortázar colaboró con Antín (Las Palmas, 1926) para adaptar Circe al cine —cuento aparecido en Bestiario (1951)—, que llevaría el título homónimo. Un año después el director se basó en dos cuentos del escritor argentino para filmar Intimidad de los parques. La cinta retoma de El ídolo de las Cícladas la historia conflictiva de un triángulo amoroso en una expedición arqueológica, mientras que de Continuidad de los parques una estructura narrativa no del todo lineal, así como la extraña aparición de un doppelgänger sumamente extraño. Antín logra representar de gran forma uno de los temas recurrentes en Cortazar: la figura de la mujer como detonante de conflictos. Esto, acompasado con un magnifico montaje que juega con el espacio y el tiempo.

—Blow up (Michelangelo Antonioni, 1966)

En el mismo año de su estreno, esta cinta le valería a Antonioni la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes. Inspirada en el cuento Las babas del diablo (1959), la narración sigue el asesinato que un fotógrafo retrata por accidente. Es ahí cuando comienza su investigación. En un intento por capturar la estructura narrativa del cuento, el director hace uso del contraplano para desvanecer el punto de vista del personaje. Una pieza que propone saltos de la percepción de la realidad y la revalorización de la imagen como objeto.

—Week-end (Jean-Luc Godard, 1967)

1967 fue el año en que los trabajos de Cortázar y Jean-Luc Godard tejieron correspondencia, cuando el cineasta francés toma como punto de partida La autopista del sur para filmar Week-end. El texto está incluido en el libro del escritor argentino Todos los fuegos el fuego, publicado apenas un año antes. La película narra el camino que emprende una pareja de burgueses hacia el encuentro con el familiar de uno de ellos, del que esperan obtener una herencia. Un recorrido lleno de vicisitudes, casi surrealistas, donde el mayor obstáculo es un enorme y paradójico embotellamiento de proporciones apocalípticas. Godard entrega un admirable plano secuencia de 8 minutos que recorre magníficamente la autopista inmóvil llena de autos.

—Continuidad de los parques (Fabian Belinksy, 1972)

Cuando Bielinsky (Buenos Aires, 1959-2006), director de las multipremiadas Nueve reinas (2000) y El aura (2005), tenía sólo 13 años, filmó en Super-8 una adaptación de Continuidad de los parques. El cortometraje cuenta dos historias paralelas enlazadas por el escritor: un hombre lee en un sillón verde aterciopelado lo que posiblemente será su destino. Una digna representación realizada con notables cortes intermedios.

—Monsieur Bèbè (Claude Chabrol, 1974)

Tomando como punto de partida Los buenos servicios, incluido en Las armas secretas, Chabrol cuenta la historia de un hombre homosexual que le pide a una mujer vieja que se haga pasar por su madre. Aunque en el cuento de Cortázar el joven ha muerto y el favor lo piden sus amigos, la cinta exhibe una reflexión sobre la soledad con propósitos parecidos a los del escritor argentino. En 1978 la historia fue reinterpretada en el primer episodio de la serie televisiva Histoires insolites, dirigido por el mismo Chabrol.

—La noche boca arriba (Harriet Marin, 1992)

Con base en el cuento homónimo, que pertenece a Final del juego, Marin realizó este cortometraje de siete minutos, donde se cuenta la historia de un hombre que vive simultáneamente en dos épocas: la de los Aztecas y en el siglo XX. La cinta hace énfasis en la presencia de una mujer en ambos eventos. Sólo al final es posible distinguir la fina línea que divide la realidad del sueño.

—Casa tomada (Liz Hughes, 1997)

Casa tomada, el cuento con que abre el Bestiario, parece tener en esencia un peculiar estilo cinematográfico que remite a cintas de terror y suspenso. Inspirado en él, Hughes realizó el cortometraje de 18 minutos en el que se narra la vida rutinaria de dos hermanos —Irene y el narrador— y que, progresivamente, se ven asediados por una extraña e inmanente presencia.

Más allá de ser una cinta de suspenso, la obra de Hughes es un sugerente trabajo psicológico en el que los espacios inhabitados y lo desconocido dan pie a múltiples interpretaciones.

—Cortázar (Tristán Bauer, 1994)

Con un vasto material de archivo, e inédito, la película de Bauer fue la primera en abordar la vida del prolífico escritor argentino. El director señaló que es un tributo en el que traslada los elementos más característicos de la literatura del escritor de Rayuela (1963): la figura del doble, los saltos espaciotemporales, el surrealismo y una visión fantástica de la realidad. El filme de 80 minutos exhibe la melancolía y sobriedad de un Cortázar humano que vivió en la pobreza y soledad antes de ser un autor consagrado.

—Historias de Cronopios y de Famas (Julio Ludueña, 2013)

Este libro pasó del papel a la imagen en 2013. La cinta construye un puente entre la literatura y el cine, al tiempo que integra a los artistas plásticos más reconocidos de Argentina en el desarrollo de las animaciones. Figuran nombres como Carlos Alonso, Luis Felipe Noé, Ana Tarsia, Patricio Bonta y Daniel Santoro. Premiada en el Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, la cinta se divide en diez capítulos que buscan plasmar la visión que Cortázar tenía sobre la vida, la realidad, lo imaginario, lo político y lo social.